martes, 7 de agosto de 2012

HAY UN HILO DE HUMO QUE ENLAZA


HAY UN HILO de humo que enlaza
al muchacho de la foto gris,
en penumbra, en el sillón, en silencio,
al atardecer, junto al balcón
de ladrillo caravista urbano,
con éste, que me digo yo
y escribo esto, sillares a mi espalda
y al fondo un jardín arbolado
con vocación de cemento.
                       
El cigarrillo que entonces sostenía
sigue encendido en mi mano,
también la costumbre vegetal
de contener
la respiración
entre dos caladas:
que suceda algo
y provoque un hecho,
aunque sea un tormento.
                       
Llevo treinta años posando quieto,
con el aire en suspenso,
como esperando en la antesala
de la sala de espera,
limando la cresta de esta llave,
una llave de clave,
buscando la cerradura,
la luz o la puerta.

                                                        de Palabras dactilares, pag. 19

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