jueves, 9 de agosto de 2012

REDUX


Redux

            Abrí la bolsa de la compra y deposité sobre la mesa una botella de gasolina, una caja de pastillas de potasa, un bote de resina, una bolsa de gomas del pelo y un frasco de cola Ebro. El Experto se pintó las yemas de los dedos con la brochita de cola, para no dejar huellas, luego extendió sobre la botella una capa de resina, pegó en ella las pastillas blancas, lo enfundó todo en una bolsa de plástico y selló el conjunto con robustas gomas del pelo.
            Me alejé de la casa y lancé el cóctel contra unas piedras renegridas. La botella se rompió, la gasolina hizo reaccionar a la potasa, que soltó chispas, encendió la mezcla y explotó. Los fragmentos incandescentes de vidrio con resina quedaron adheridos a las piedras, que representaban los cuerpos de los policías, echando fuego, rodando por el suelo...
            Le dije al Experto que ni hablar. No le extrañó, le habían comentado que tenía imaginación, estudios. La sección de Propaganda era más adecuada para mis habilidades. Mi novia asegura que nos conocimos esa tarde, que ella llegaba con su bolsa de la compra cuando yo salía. Yo le digo que no lo recuerdo, y se enfada. Mujeres.

                                                                       de Silencios que me conciernen



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